Poco has de entregar al hombre
porque cuando regalas
ellos no lo valoran.
Si pequeños presentes
ellos extraviaran
no les darás lo esencial
porque ellos tambien lo perderán.
Ellos dicen oir,
pero tus palabras como
el agua del rio, dejan pasar.
Como planta sin raiz
que aunque riegues con esmero
no crecerá.
Aprenderan un par de cosas
y dueños de la verdad
ya se sentiran,
Tonto es quien cree ya conocer
y deja de oir al que guia.
El Sabio sabe que siempre
del maestro debe aprender.
Asi como la roca que no aprende
estancados, inmovilizados han de quedar.
Gritando y hablando con soberbia
dejarán de oir.
Y Asi, entre un gran estremecimiento
y cegados en su falsa creencia
la verdad morirá.
Perdida su memoria
en la soberbia y orgullo
caerá.
En su verdad mentirosa
orgullosos irán
hasta que tropiezen con la verdad
demasiado tarde
pues ya nos habran exiliado lejos
y a la cuna de sus mentores
no podran regresar.
De negra lágrima será
el llanto del hombre y de los nuestros.
Vuelta atrás ya no habrá.
martes, 9 de febrero de 2010
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